martes, 10 de diciembre de 2013

REBECA PAZ Y PUENTE

A través de los relatos las mujeres transmiten unas a otras su propia forma de comprender el mundo, muchas veces incomprendida por los hombres. En este relato, gracias al relato de la abuela, la nieta, cuidadora y confesora aprende a romper con una relación de dependencia no sana con su marido. 

A los ciento tres años Rebeca Paz y Puente no había tenido en su vida más enfermedad que aquella que desde un principio pareció la última.
(...)
 A ratos los hijos le hablaban al oído, buscando su empequeñecida cabeza enmedio de una melena blanca cada día más abundante.

- ¿Por qué no descansas, mamá? -le preguntaban, exhaustos y compadecidos.

- ¿Qué quieres? ¿Qué esperas aún?
(...)
-¿Qué te pasa? -le preguntó, acariciándola. Ella se dejó estar así por un rato, sintiendo la mano de su nieta ir y venir por su cabeza, su mejilla, sus hombros. 
Por fin dijo con su voz en trozos:
-No quiero que me entierren con el hombre. 
Media hora después los hijos de doña Rebeca Paz y Puente le pro-metieron enterrarla a sus anchas, en una tumba para ella sola.
(...)
-¿Quién te llamó a un funeral? Saca tus flores y vete. Yo no quiero que me entierren contigo.

1 comentario:

  1. Rosa María grupo de Llanes13 de diciembre de 2013, 1:04

    Rebeca era una mujer fuerte y valiente. Salió a luchar cuando la guerra con pistola en mano. Dejo al marido y a sus hijos, por ir con un general Juarista que fue su amor y volvió de nuevo a casa cuando a este le mataron. Vivió muchos años y prolongo su agonía hasta que su familia le prometió que no la enterrarían con el padre de sus hijos.
    Sus historias a una de sus nietas, hizo que esta abriera los ojos y rechazar a su marido, cuando volvió al hogar después de haberla abandonado.

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