miércoles, 25 de noviembre de 2015

¿Qué... cuántos años tengo? José Saramago



¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...
Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo
otros "que estoy en el apogeo".
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y
mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!...
¡Estás muy viejo, ya no
podrás!...
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa..

¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!... ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!
Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo, ¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!!
José Saramago

POEMAS PARA LA AMISTAD Y EL ENTUSIASMO



MERCEDES DE VELILLA (SEP 24, 1852 - AUG 12, 1918)


Ensayista, dramaturga, pero sobre todo poetisa, la sevillana Mercedes de Velilla y Rodríguez fue una de las escritoras más representativas del movimiento literario de Andalucía en la segunda mitad del siglo XIX.
Nació en Sevilla el 24 de septiembre de 1852 en el seno de una familia con gran vocación literaria. De hecho, casi todos los miembros de su familia escribían, especialmente poesía, como su madre María Dolores Rodríguez, su hermana Felisa pero y sobre todo su hermano José de Velilla, uno de los dramaturgos más fecundos de la segunda mitad del siglo XIX sevillano.
"MI ÚNICO AMIGO" 
Tengo un amigo: el sólo que me resta

de los que en otro tiempo así llamaba
y ya me arrebataron
el olvido, la muerte o la distancia.
Tierna amistad nos une
desde aquella niñez, ya tan lejana,
que en las manos del tiempo
rotas dejó sus deslumbrantes alas,
por la razón cambiando la inocencia,
la paz del cielo por la lucha humana.
Lo hallé una noche del abril risueño,
de esas de encantos y delicias llenas,
que perfuman los blancos azahares
y alumbran, rutilantes, las estrellas.
Yo sentí penetrar dentro del alma
su mirada serena
que hablarme parecía
de otro mundo más bello que la tierra;
mirada melancólica
que el corazón de su dulzura impregna;
beso de luz suave
que aduerme, que acaricia, que consuela.
¿Qué singular y mágico atractivo
esa mirada encierra?
Yo, en mi niñez, la amaba,
y fue siempre el imán de mi existencia.

Mi amigo desde entonces
me siguió de la vida en los senderos;
él consolaba mi escondida pena,
él me mostró los mundos del ensueño,
los nobles ideales
que el alma elevan del impuro suelo.



En una noche que jamás olvido,
de mi propio dolor como el reflejo,
pálido, triste y mudo
besó la frente de mi padre muerto;
y hoy, de mi amor, que ni la muerte amengua,
piadoso mensajero,
lleva a su tumba flores de mi alma,
flores de la oración y del recuerdo.

No me abandonará: si fiel me sigue,
aquí, en las soledades de la vida,
allá, en las soledades de la muerte
-quizás menos sombrías-,
me seguirá también; y su mirada,
doliente y compasiva,
derramará sobre el sepulcro mío
su claridad bendita,
cual santa ofrenda, cual divino lazo
de unión eterna con su fiel amiga.
¿Queréis saber el nombre misterioso
del ser extraño que mi ser subyuga,
y habla de lo infinito a mi conciencia,
y sostiene mi espíritu en la lucha,
y el cielo muestra a mis cansados ojos
siempre que el bien y la justicia buscan?
Yo su nombre os diré, su claro nombre
que la mano de Dios grabó en la altura;
que es este dulce amigo de mi alma
un rayo de la luna.
 

EMOCIONES Y TIEMPO PARA LA AMISTAD

Este curso no queriamos dejar de seguir trabajando por y para las mujeres y lo que significó nuestro paso por el "Programa Tiempo Propio", en el nos enseñaron lo importante de "EMPODERARSE Y DE LA SORORIDAD FEMENINA", dos terminos que parecen complicados pero sólo en palabras porque en actos son de los más sencillos de llevar a cabo.
Y este año es uno de nuestro objetivos y de nuestras propuestas, recuperar nuestro tiempo y espacio a través de las amistades con nuestras socias, compañeras, en definitiva amigas.


El     término "empoderamiento"  radica  en dejar  claro  que  no se  busca  dar  poder  a  alguien,  el  verdadero empoderamiento es el que cada persona logra y  encuentra por sí misma.
Es  un  proceso donde  las  mujeres  hallan  un  tiempo  y  espacio propios  y  empiezan  a  reexaminar  sus  vidas  en forma  crítica  y  colectiva. Se        identifican        varias        formas        de empoderamiento: aquel que se da al interior de las y los individuos (poder personal), el que se construya  a  partir  de  la  relación  con  otros  y otras  (poder  con),  el  que  resulta  de  realizar actividades que antes no eran capaces de hacer (poder hacer).