jueves, 5 de diciembre de 2013

TIA INÉS AGUIRRE

Amor, desamor, ¿ podemos vivir sin él?. 
¿Y la pasión y la sexualidad dónde la dejamos?

 " Había una luna a medias la noche que desquició para siempre los ordenados sentimientos de la tía Inés Aguirre. Una luna intrigosa y ardiente que se reía de ella. Y era tan negro el cielo que la rodeaba que adivinar por qué no pensó Inés en escaparse de aquel embrujo.
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Porque la noche aquella, bajo la luna, el hombre le dio un beso en la nuca como quien bebe un trago de agua, y fue una noche tan lejos de la pena que nadie hubiera podido imaginarla como el inicio de la más mínima desgracia.
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 No podía ya olvidar el aliento que le entibió los hombros, ni desprender de su corazón la pena que lo ató a la voluntad sagrada de la luna.
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En uno de estos cuadernos escribió la última vez que supo hacerlo: "Cada luna es distinta. Cada luna tiene su propia historia. Dichosos quienes pueden olvidar su mejor luna ".

TIA CELIA

 A lo largo de los relatos cortos de "Mujeres de ojos grandes" su autora nos va mostrando distintos modelos de amor y formas de entender una educación sentimental y sexual a lo largo de los tiempos.
Con Tía Celia, nos vuelve a envolver con su gran relato sobre el "Amor".

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La tía Celia estaba pidiendo las llaves de su cuarto y lo sintió a sus espaldas. Algo había en el aire cuando él lo cortaba y eso no se olvida en quince años. Oyó su voz como traída por un caracol de mar.

Tuvo miedo. -¿Quién investiga en tus ojos? -dijo rozándole los hombros.

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Se hicieron amigos. Iban todos los días a jugar frontón en la casa de los Guzmán y bailaron hasta la madrugada en la boda de Georgina Sánchez con José García el de los Almacenes García. Lo hicieron tan bien que fueron la pareja más comentada de la boda después de los novios, y al día siguiente, la pareja más comentada de la ciudad.
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Jorge Cubillas y los otros invitados al campo pregonaron al día si-guiente que la próxima boda sería la de ellos dos.
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Un día Cubillas encontró a la mamá de la tía llorando a su hija como a una muerta, después de recibir a una visita que, con las mejores intenciones y sabiendo que ella era una pobre viuda sin respaldo, tuvo la amabilidad de informarle algunas de las historias que iban y venían por la ciudad arrastrando la reputación y devastando el destino de Celia.

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Cuando la tía Celia lo vio entrar al escenario del Teatro Principal arrastrando la delgadez de su cuerpo infantil, le dijo a su amigo Cubillas: -Este pobre hombre, está como mi alma.
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TIA ELVIRA


El relato de "Tia Elvira" empieza haciendo referencia a como nos educan en el miedo a la oscuridad, y cómo dependiendo de nuestras fuerzas y de nuestra imaginación, ese miedo se puede convertir en valentía.
  • ¿Qué destacas del personaje?
  • ¿Qué es lo que más te gusta de ella? ¿y lo qué menos? 
 
" De niña, a la tía Elvira le daba miedo la oscuridad. Creían sus hermanas que porque en lo oscuro no se puede ver nada, pero la razón de su miedo era exactamente la contraria: ella en lo oscuro veía de todo.
            (...)
    Decían que la tía Elvira estaba siempre un poco fuera de la realidad, pero en los ratos que le dedicó aprendió a bordar como cualquier otra señorita que se respetara, a tocar el piano sin aporrearlo, a cantar todo el cancionero decente, incluidas las nueve más hermosas versiones del Ave María.
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Se sabía en la ciudad que la tía Elvira Almada no sólo estaba más llena de opiniones que un periódico contestatario, sino que también tenía prácticas raras.
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En cambio, la tía Elvira y su ombligo iban despertando por ahí de las once. Pasaban la mañana leyendo novelas y teorías sociales, hasta que la fiereza con que el ombligo sentía hambre indicaba la hora de entregarse al uso de jarras y palanganas para irse lavando todo el cuerpo de un modo disperso pero acucioso.
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TIEMPOS DE JUVENTUD




          En tiempos de mi juventud, una etapa de mi vida que la recuerdo con nostalgia, a pesar de las dificultades que entonces había, yo vivía en un pequeño pueblo muy bonito donde vivían varios matrimonios que al igual que mis padres, todos tenían familia numerosa, no hacía falta muchos matrimonios para llenar el pueblo de habitantes.



       No teníamos agua, la fuente estaba a dos kilómetros aproximadamente, pero no nos importaba íbamos a buscarla felices y contentas, no teníamos luz, era igual, alumbrábamos con velas o candiles de carburo o esquisto. 




       Todos los años se hacían romerías en un prado con tanta iluminación, que no tenían nada que envidiar a la del Carmín de La Pola.
      Hacíamos teatros a los que acudía mucha gente, hacíamos baile con música casera: un acordeón, una lata y dos tenedores, una tapa de una pota y otra de una tartera y alguno que cantaban bien, y así ya teníamos una buena orquesta!!!.Los músicos mozos del pueblo eran una eminencia, un hermano mío era el que tocaba el acordeón y él que dirigía la orquesta, la madre gobernaba el resto de la fiesta. 

     Total que no necesitábamos tanta tecnología moderna, que me parece que se están pasando!!.

         Es que ahora nadie tiene una conversación, nadie habla con nadie, vemos muchos jóvenes que incluso son novios y no los vemos hablarse, sólo con el “aparatito” en la mano, y luego se casan y no sé conocen y enseguida se divorcian.

         Un día fui a acompañar a una jovencita (mi prima) al hospital que tenía que hacer, no recuerdo que prueba, nos reunimos en la estación, cuando nos encontramos, la conversación fue: ¡hola!; ¡hola!. Nos sentamos en el tren, sacó su “aparatito”, y no sé medió ni una sola palabra más, hasta que llegamos al hospital y lo guardó en el bolso.

Por eso repito, insisto, que creo que se están pasando. Que me perdone si alguien se siente aludido, pero es mi punto de vista.

MUCHAS GRACIAS  A NUESTRA SOCIA ISABEL DE SIERO

miércoles, 4 de diciembre de 2013

FIESTAS DE SAN LÁZARO. OVIEDO




Cuando yo era una niña, había unas fiestas muy buenas en el barrio de San Lázaro de Oviedo, donde nosotros vivíamos. Las fotos que se muestran fueran tomadas hacia 1945.

Estas fiestas se celebraban el primer domingo de septiembre, comenzaban el sábado con una verbena. Y el domingo por la mañana había un desfile de carrozas por varias calles de Oviedo, por la tarde la procesión en honor al Santo. Esta procesión salía de la Capilla de la Casa de Caridad “La malatería”, ya que en aquella época en San Lázaro no había iglesia, pues nuestra parroquia era la Iglesia de San Isidoro situada en la Plaza del Ayuntamiento. El lunes, era el fin de fiesta con la famosa “FABADA”, ya que era muy popular en toda la capital e iba mucha gente a comerla en los bares del barrio e incluso en casas particulares, se cerraba el gran día con una gran verbena y fuegos artificiales.

Yo siempre me lo pasé muy bien en estas fiestas desde muy niña hasta que unos años más tarde se terminaron por motivos económicos.  El que yo me pasara estupendamente en estas fiestas era porque una semana antes ya empezaban los preparativos de colocación de puestos de tiro, instalaciones de las barracas, etc.  Y durante este tiempo todos los niños del barrio se reunían allí para seguir el montaje y jugar, a mí en todo el año no me dejaban salía  a jugar a la calle, yo iba del colegio a casa y de casa al Colegio, no jugaba nada más que con mis hermanos, pero aquellos día si me dejaban salir y para mi reunirme  con tantos niños y que me recibían con tanto alboroto por la novedad, me llenaba de orgullo, jugábamos al corro, al escondite, a la comba, etc



Luego, ya cuando fui siendo mayor empecé a participar en más cosas, había carreras de cintas en bicicleta, carreras de sacas y otras muchas más actividades, salía en las carrozas vestida de sevillana y en las Procesiones de Ángel. Yo no paraba aprovechaba hasta el último instante pues ya sabía que después ya no había más salidas hasta las fiestas de San Mateo. 



Estas fiestas, tan entrañables para mi, tienen además una connotación sentimental fue allí donde conocí al que sería mi marido y el único novio que tuve. 

Muchas gracias a nuestra socia de Lugones, Manuela Arguëlles.

TIA VALERIA


  • Te recuerda a alguien el personaje?
  • ¿Te parece pionera emprendedora en su estilo de vida?
  • ¿Qué destacas del personaje? ¿qué es lo que más te gusta de ella? ¿y lo qué menos?

(...)

     Algunas de sus amigas la creían medio loca. No entendían cómo iba por la vida, tan encantada, hablando siempre bien de su marido. Decía que lo adoraba aun cuando estaban más solas, cuando conversaban como consigo mismas en el rincón de un jardín o en el atrio de la iglesia.
     Su marido era un hombre común y corriente, con sus imprescindibles ataques de mal humor, con su necesario desprecio por la comida del día, con su ingrata certidumbre de que la mejor hora para querer era la que a él se le antojaba, con sus euforias matutinas y sus ausencias nocturnas, con su perfecto discurso y su prudentísima distancia sobre lo que son y deben ser los hijos. Un marido como cualquiera. Por eso parecía inaudita la condición de perpetua enamorada que se desprendía de los ojos y la sonrisa de la tía Valeria.
(...)

      Dicen que así hizo siempre la tía Valeria y que por eso vivió a gusto muchos anos. Lo cierto es que se murió mientras dormía con la cabeza echada hacia atrás y un autógrafo de Agustín Lara debajo de la almohada.

TIA MAGDALENA



       Un día el marido de la tía Magdalena le abrió la puerta a un propio que llevaba una carta dirigida a ella. Nunca habían tenido secretos y era tal la simbiosis de aquel matrimonio que ahí las cartas las abría uno aunque fueran dirigidas al otro. Nadie consideraba eso violación de la intimidad, menos aún falta de educación. Así que al recibir aquel sobre tan blanco, tan planchado, con el nombre de su mujer escrito por una letra contundente, lo abrió. 
         El mensaje decía:
      Magdalena: Como siempre que hablamos del tema terminas llorando y te confundes en la locura de que nos quieres a los dos con la misma intensidad, he decidido no volver a verte. No creo imposible deshacerme de mi deseo por ti, alguna vez hay que despertar de los sueños. Estoy seguro de que tú no tendrás grandes problemas olvidándome. Acabar con este desorden nos hará bien a los dos. Vuelve al deber que ele-giste y no llames ni pretendas convencerme de nada. Alejandro.
PD. Tienes razón, fue hermoso.

(...)
       La tía caminó hasta la botella y los hielos, sirvió el whisky, lo mo-vió, quiso uno para ella. Cuando lo tuvo listo, volvió junto a su marido con un vaso en cada mano. De verdad era linda Magdalena. Era de esas mujeres bonitas que no necesitan nada para serlo más que le-vantarse en las mañanas y acostarse en las noches. De remate, la tía Magdalena se acostaba a otras horas llena de pasión y culpa, lo que en los últimos tiempos le había dado una firmeza de caminado y un temblor en los labios con los que su tipo de ángel ganó justo la pizca de maldad necesaria para parecer divina.
(...)
  • ¿Te parece pionera, emprendedora en su educación sentimental?
  •  ¿Qué destacas del personaje?
  •  ¿ Qué es lo que más te gusta de ella? y ¿lo qué menos?