En tiempos de mi juventud, una etapa de mi vida que la
recuerdo con nostalgia, a pesar de las dificultades que entonces había, yo
vivía en un pequeño pueblo muy bonito donde vivían varios matrimonios que al
igual que mis padres, todos tenían familia numerosa, no hacía falta muchos
matrimonios para llenar el pueblo de habitantes.
No teníamos agua, la fuente
estaba a dos kilómetros aproximadamente, pero no nos importaba íbamos a
buscarla felices y contentas, no teníamos luz, era igual, alumbrábamos con
velas o candiles de carburo o esquisto.
Todos los años se hacían romerías en un
prado con tanta iluminación, que no tenían nada que envidiar a la del Carmín de
La Pola.
Hacíamos teatros a los que acudía mucha gente, hacíamos baile con
música casera: un acordeón, una lata y dos tenedores, una tapa de una pota y
otra de una tartera y alguno que cantaban bien, y así ya teníamos una buena
orquesta!!!.Los músicos mozos del pueblo eran una eminencia, un hermano mío era
el que tocaba el acordeón y él que dirigía la orquesta, la madre gobernaba el
resto de la fiesta.
Total que no necesitábamos tanta tecnología moderna, que me
parece que se están pasando!!.
Es que ahora nadie tiene una conversación, nadie habla con
nadie, vemos muchos jóvenes que incluso son novios y no los vemos hablarse,
sólo con el “aparatito” en la mano, y
luego se casan y no sé conocen y enseguida se divorcian.
Un día fui a acompañar a una jovencita (mi prima) al hospital
que tenía que hacer, no recuerdo que prueba, nos reunimos en la estación,
cuando nos encontramos, la conversación fue: ¡hola!; ¡hola!. Nos sentamos en el
tren, sacó su “aparatito”, y no sé
medió ni una sola palabra más, hasta que llegamos al hospital y lo guardó en el
bolso.
Por eso repito, insisto, que creo que se están pasando. Que
me perdone si alguien se siente aludido, pero es mi punto de vista.
MUCHAS GRACIAS A NUESTRA SOCIA ISABEL DE SIERO