viernes, 3 de enero de 2014

MIS RECUERDOS DE REYES MAGOS

Nuestra socia de Lugones Margó, recuerda muy especial su juguete del día de Reyes.
"Los Reyes Magos eran muy generosos conmigo cuando era niña. Aquel año de 1949/1959 me trajeron una cocina de madera, era preciosa en el frente una ventana pintada con sus visillos, una amplia meseta, y sobre todo un bañal con un grifo color gris pintado de purpurina. ¡Qué lujo para mi imaginación! En mi casa había bañal pero no grifo el agus se iba a buscar a la fuente.
De niña yo tenía algunos cargos uno de ellos era buscar leña y partirla para encender la cocina, un día se me olvidó traerla o no la encontré. Mi madre que era muy tremenda cogió  mi cocina y la hizó astillas, me dolió tanto que siento la necesidad de contar este episodio de mi niñez y de esa cocina con la que tanto jugué, pues en aquella época aunque había pocos juguetes los cuidábamos mucho y duraban bastante tiempo"

NO SÉ SI TE PODEMOS COMPENSAR.

¿se parece está cocina a tus recuerdos? Gracias por compartirlos con todas.

MIS JUEGOS

Una historia muy especial de nuestra socia de Lugones, Joaquina que a su vez es la tesorera de la Asociación. Gracias por compartir tus sentimientos.

"Les voy a contar una historia de cuando yo era niña, como eran mis juegos y cómo jugaba.
Delante de mi casa en el pueblo tenía un árbol, le ponía una cuerda para columpiarnos, y debajo del árbol (de tanto arrastrar los pies) estaba gastado, no tenía hierba, era tierra, ahí marcabamos el cascayu.
Venían las amigas del pueblo a jugar conmigo cuando podían...,en aquella época todas teniamos algo quehacer. Nos utilizaban para todo.

Mis amigas eran Amelia, Eloina, Aquilina y yo (Joaquina)."


domingo, 29 de diciembre de 2013

PEPÓN UN MUÑECO DE CARTÓN

       

     Hace muchos años, concretamente antes de la guerra, a una niña llamada Geli, sus madrinas, que eran dos, el día de su cumpleaños le regalaron un muñeco de cartón a quien puso de nombre Pepón. Este tenía el tamaño de un niño de dos años, ojos azules y una cara sonrosada. Vestía ropas de bebé, chaquetina de punto, pantalón y zapatinos de badana de color azul, en fin una preciosidad de muñeco. La niña se  sintió muy afortunada con tan espléndido regalo, lo llevó de paseo y se lo enseñó a sus amigas. Desde aquel día, concretamente de lunes a sábado, Pepón permanecía  sentado en un sillón de mimbre dentro  de una habitación tan solo podía darle un beso, los domingos jugaba con él, pero no la dejaban sacarlo a la calle por miedo a que se estropease.
     Pasaron los años, se terminó la guerra, Geli se hizo mayor, se casó y tuvo tres hijas. La mayor de ellas llamada Mari heredó el Pepón, que seguía  en la misma habitación sentado en el sillón. El paso del tiempo, como es normal, había dejado huella en él. Ahora su cara ya no era sonrosada, había tomado un color amarillento que le daba un aspecto un tanto siniestro. A Mari no le agradaba nada el muñeco, le tenía un poco de miedo, no quería darle un beso ni tampoco jugar con él.
      Un día las madrinas decidieron darle el Pepón a Geli para que se lo llevara a su casa a ver si las otras hijas  lo querían. Una de ellas  la mediana, nada más ver al muñeco lo cogió y se fue con él caleya abajo hasta el cañu. Una vez  allí lo puso  debajo del grifo un buen rato. Poco a poco, como os podéis  figurar  la cara de Pepón iba desapareciendo hasta convertirse en cartón mojado. La niña deshecha en lágrimas lo llevó para casa y ante el asombro de Geli, al ver que su muñeco ya no tenía cara y el ataque de risa que le dio a Mari, solo dijo a media lengua dos palabras estaba muy “dochu” (gochu), por lo sucio que estaba. ¡Pobre Pepón, su existencia fue triste y su final aun peor!.
Yo soy la niña que no quiso darle un beso a Pepón, así y todo nunca me olvidé de este pobre muñeco.

¡MUCHAS GRACIAS MARIÁN!.socia de Mieres.
Una historia realmente conmovedora.