viernes, 24 de octubre de 2014

MI PRIMER DIA DE ESCUELA


   Hola a todas monitoras y alumnas.
   Espero que pasarais un buen verano el mío no fue malo,  ¡bueno! Si digo la verdad más de cuatro veces con este calor que hizo---pensé mosquiar-. Voy a explicar lo que significa “mosquiar” es un dicho muy corriente por la zona de siero, antiguamente cuando la gente se dedicaba a la agricultura  y la ganadería, cuando hacía mucho calor el ganado vacuno, le picaba una mosca ( no se s nombre científico) aqui la llamaban "rocinera" lo cierto es que cuando estaban en el campo sueltas se ponían como locas corriendo por debajo de los árboles y los matorrales tratando de deshacerse de ellas esa carrera las dejaba extenuadas. De eso viene el  dicho cuando el calor te destroza, te dicen ---pared que te pico la mosca.
   Sigo, con mi historia. Vivo en una zona donde pasan para los colegios y el instituto, montones de críos. A mí  me gusta verlos pasar.los que ya son mayores van en pandilla, los  pequeños a remolque, los que empiezan por primera vez dan un paso delante y otro atrás, lo desconocido siempre impone respeto.
   Pero todos van guapinos, la calle se llena de colores parece que las flores de todos los parques se pusieron de acuerdo para salir a pasear.
 VOY A CONTARAS LA HISTORIA DE MI PRIMER DÍA DE ESCUELA.

  Como a muchas otras familias la ¡maldita gurra.nos trajo a vivir a un pueblín llamado “Valire” pertenece a ”La Carrera” a unos cuatro kilómetros de Pola de Siero.
   Vivíamos en La Felguera, mi padre trabajaba en una fábrica importante de esa localidad. Al empezar la contienda se cerró. 
   Él no quería alistarse y quedarse allí era comprometido, además aquí tendría trabajo por mediación de un hermano de mi madre, todo parecía ir bien (según me contaron ya que yo por mi edad no entendía nada de lo que sucedía) el pueblín era tranquilo...un día al amanecer picaron a la puerta venían reclutando gente se llevaron a todos los jóvenes del pueblo entre ellos a mi padre.

    ¿Pensareis que tiene que ver esto con mi primer día de escuela?.

   Pues si tiene que ver.--yo nací el 1-8-de 1933, cuando fuimos para esa aldeina, yo tenía 3 años, cuando terminó la guerra tenía 6. En ninguna casa del pueblo había críos pequeños la única mi hermana que tenía 3 años más que yo, yo solo conocía personas mayores en todo ese tiempo yo no conocí ningún crio pequeño.
  Por fin termino la contienda , y las escuelas empezaron a funcionar. Mi madre nos hizo una saquina para llevar las cosas, y nos encaminamos a la escuela.

   Jamás se me olvidara, la impresión que lleve al ver tantos críos juntos, el pánico que me entró sobre todo el ver aquellos hombrinos con pantalones cortos me abrace a mi hermana llorando desesperada, menos mal que la maestra fue buena y comprensible, me dejo sentarme al lado de mi hermana la primera semana, para que fuera tratando de tranquilizarme.

   Y para rematarlo tire la pizarra y la rompí sin estrenarla.


Todos los días pido a dios que cesen tantas calamidades que no pasen por lo que nos toco.......de las personas que llevaron solo regreso uno, mi padre no.

Un besin para todas.
Ana. Del grupo de siero.


miércoles, 22 de octubre de 2014

Mi vida



   Nací en una aldea de Cangas, donde mi mundo consistía en cuidar el ganado, jugar con mis vecinos, ayudar en casa e ir a la escuela….a pesar de haber nacido en un lugar donde las circunstancias no ayudaban a que una mujer pudiese progresar por sí misma, algún gen extraño mutó en mi porque siempre fui “feminista” y con la clara idea de que mi vida la quería manejar yo misma, a mi manera y ser independiente y no depender un matrimonio para salir adelante.
   
   Un día, en el año 1957, llegó a mis manos una revista donde aparecía un reportaje del casamiento de Fabiola y Balduino de Bélgica, la revista ya se llama “HOLA”. Me quedé impactada, descubrí otro mundo, un casamiento con demasiado lujo, con una invitadas excepcionales, y allí vi que había otra cosa que era bastante diferente a mi aldea y a las cosas que allí hacíamos……guardé la revista que había puesto en mis manos mi maestra Sira….mi mentora gracias a las cosas que me explicaba. 

   A partir de aquel mi forma de pensar cambió, y un buen día mis padres me dijeron que si quería podía visitar a mis tíos durante un mes en octubre en Madrid, cuanto tenía 15 años….por supuesto me pareció estupendo y me fui, y lo que en principio era para un mes pasó a ser un periodo de 10 años, donde el mundo de mi revista se convirtió en realidad, porque me colocaron, sin permiso de mis padres, a trabajar en pleno barrio de Salamanca.

   Mi vida no fue fácil, recuerdo que los primeros meses me dediqué sólo a escuchar, yo no hablaba como ellas, y se reían de mí, no sabía hacer las cosas como ellas al principio, pero dedicándome a aprender a conciencia, llegué a ser la persona de confianza de mis jefes en aquel negocio que no tenia nombre definido porque vendía de todo: tabaco, perfumería, mercería, bisutería, etc. Con jornadas laborales de hasta 18 horas al día, descansando el domingo por la tarde, únicamente.

   Entre mis aventuras en la capital destaco alguna:
-          Con mis jefes fui a misa un domingo, al salir fuimos a tomar un aperitivo, entre las cosa que piden para acompañar al vermut, viene lo que ahora sé que son gambas a la plancha, este marisco en mi aldea no existía, por tanto, mi reacción fue la de cómo siempre, ser prudente, observadora y ver que hacía con aquella cosa con ojos, patas y pelos… una vez pasado el trance….que ricas!!!!!!! una de mis comidas favoritas!!!!!!

-          Me enviaban a llevar los pedidos y a cobrar facturas, a las casas de alta alcurnia del barrio de Salamanca, donde las casas y la forma de vivir de aquella gente era impactante para mí, que venía de un mundo tranquilo, austero y sencillo. Entre las personas a las que visité destaco alguna: Ministro de hacienda, El Mingote, La dueña del Banco Pastor, La familia Echegarai, y otras muchas personas pudientes. Había casas donde tenían hasta 6 personas a su servicio, cocineras, doncellas, choferes, “mamaseles” (niñeras extranjeras que enseñaban el idioma a las criaturas que cuidaban), jefas de servicio, asistentas, etc. En una ocasión en una de mis visitas para llevar mercancía a un domicilio una chica del servicio que era de Cantabria me preguntó si había visto alguna vez un urugallo, yo dije que no y dudar, abrió la puerta  de la despensa y allí estaba vivo el animalito, para mí fue la primera y última vez que vi uno de estos animales.

-          Me sorprendió ver a las muchachas que acompañaban de sirvientas a sus señoras con su uniforme y cofia, la cestitas de mimbre o bolsas de la compra…..pegada a su señora, que agarraba lo que compraba y se lo metía a la chica en la cesta, sin mirarla ni hablar con ella.
-          Conocí a gente del mundo de la farándola, que luego fueron personajes importantes en la música o el teatro.

-          Visité los mejores sitios de Madrid en aquel momento, porque mis jefes me llevaron con ellos en muchísimas ocasiones, teatros, salas de fiestas, centro asturiano, etc. 

Así, descubrí y viví otro mundo diferente al que hubiese vivido, con seguridad, de no haber realizado este viaje y de no haber conocido a mi maestra y mentora que me dejaba sus modernas revistas para que pudiese descubrir otros mundos que existían y que para mi eran sorprendentes….a partir de estos 10 años viviendo  en Madrid, a los 23 años conocí al que hoy es mi marido y padre de mis tres hijos. Dos años después me casé y me fui con él me fui a trabajar al extranjero donde todavía la modernidad y el nivel de vida estaba muy por delante de España, en aquel momento ( como anécdota vi que la comida se podía congelar, había unos armarios que estaban tan fríos que la comida se enfriaba tanto que se congelaba y se podía después de mucho tiempo comer)….mi vida fue de sorpresa en sorpresa, y esta carrera de la vida, me hizo aprender tantas y tantas cosas, que al final no necesité un título universitario para manejarme correctamente en la vida y tener claras mis ideas de progreso y modernidad, ideas con las que intenté educar a mis hijos.

MI VISIÓN DE LA TELEVISIÓN POR M.R.M.F



   Lo que voy a relatar marco parte de mi infancia, etapa que fue la más feliz de mi vida. Años que recuerdo como era la mamá de mis hermanos, parecía una gallinita con sus polluelos, a dónde yo iba ellos eran mi compañía.


   La T.V.E  y yo casi llegamos a este mundo a la vez, pero tendría que pasar muchos años para que llegaran las televisiones a los pueblos. No recuerdo, de los cuatro bares-tienda que había en el pueblo Cibuyo (cangas del Narcea), quién compró la primera. Lo que si recuerdo que no pasó mucho tiempo que en todos había televisión. 


   Pero el centro de reunión de toda la juventud en los años 60, éramos muchos, era un pequeño bar. El bar estaba dividido, una parte estaba las mesas siempre llenas con las partidas de cartas, y en la otra parte instalaron la televisión y alguna silla que poco a poco aumentaba el aforo. Sólo había unas horas de emisión, y como no había información sobre los programas, las encendían cada poco y se veían más burbujas que imágenes. “ Casa Quinto”.


   Cuando llegaban los domingos, se hacían dos cosas ir a misa por la mañana y ver la película por la tarde.

Cuando llegaban las cuatro de la tarde todos  los jóvenes  y no tan jóvenes nos reuníamos a ver las series americanas, por ejemplo “El Virginiano”, que a todos nos gustaba era como un cine.


 Allí no se oía ni una mosca, sólo que por aquel cristal salía, gente que reían, lloraban, cantaban,… desde la caja tonta como años más tarde la llamarían.

Según pasaban los años a cada casa iba llegando la tele. ¡¡ A lo que más me llamaba la atención!! Era que todas estaban vestidas con su faldón y en una repisa muy alta. Para apretar el botón de encendido había que subirse a una silla.
Cuidadas estaban, pero que funcionara eso era otra cosa. Un día fallaba la luz, otro había tormenta, el repetidor dejaba de funcionar, pero no era un día  a veces hasta un mes. Estaba más de adorno que funcionando. Al fin adornaba bien tapadita en su repisa todas las cocinas de la época y esperando cuando aquel dichoso faldón se recogía.

Pasados los años, pasó del blanco y negro al color, al mando a distancia,… al TDT, ahora es delgada, plana. Nosotros crecimos, cumplimos años, cambiamos… ella no envejece, cada día más delgada, más moderna…pero muy poco divertida.

MI HISTORIA POR MARIA CONQUE




Mi nombre es María, nací en el año 1926, tengo por tanto 87 años.

Soy viuda desde hace 53 años, nunca volví a casarme ni emparejarme, crié 2 hijas y 4 hijos sin que apenas conocieran a su padre. 




La historia de mi vida comienza en el año 1951 cuando contraje matrimonio con Luis, mi novio de toda la vida. 

Luis y yo éramos vecinos de la misma aldea y fuimos novios durante 5 años. A la edad de 25 años me case con el único y gran amor de mi vida.


A diferencia de otras mujeres de mi época, cuyas familias preparan sus bodas, yo estaba enamoradísima de él cuando nos casamos y viví durante 9 años una preciosa historia de amor en la Distancia, ya que a los 8 meses de casarnos Luis se fue a Madrid a trabajar de Sereno, por recomendación de un tio suyo que tenía en la capital y no pude acompañarlo por motivos económicos. A partir de aquel año, él volvía a casa una vez al año durante sus vacaciones, normalmente un mes en verano. Nuestra relación era siempre por carta y sólo una vez lo visité yo en Madrid.

Podríamos decir que siempre vivimos sin esa figura paterna, que suplían para mis hijos/as otros familiares varones de la casa de mis suegros, donde llegamos a vivir 13 personas a la vez: Mi marido (cuando estuvo) y yo, mi hijo mayor (que nació antes de marcharse a Madrid Luis), mis suegros, el abuelo de mi marido, un tío de mi marido (que vivió 101 años) y cinco cuñados/as, que eran menores que mi marido y todavía no se habían marchado de su domicilio familiar.

Yo tuve 2 hijas y 4 hijos, a pesar de que mi marido me visitaba sólo en verano, por ello todas mis criaturas nacieron en los meses de invierno-primavera. Como anécdota contar que un verano mi marido no pudo venir de vacaciones, por tanto, no nos vimos hasta el verano siguiente, es decir, dos años de ausencia, y a los 9 meses de esa visita bianual nacieron mellizos, niño y niña. 

Mi marido se murió en el año 1960, a la edad de 35 años, yo tenía 34 años, mi hijo mayor 9 años y la más pequeña todavía no había nacido, ya que yo estaba embarazada de seis meses cuando falleció.

Mi familia política me cuidó y me respeto siempre, y me trataron como a una hija en todo momento, cuando enviudé continué viviendo con ellos hasta su muerte. 

Poco a poco mis cuñados/as se fueron marchando a medida que iban contrayendo matrimonio y me quedé con mis 6 hijos/as, mis suegros y el tio de mi marido durante muchos años más.

Luego, mis hijos/as se fueron casando y mis suegros fallecieron al igual que el tio, quedándome a vivir en casa con mi hijo mayor y su mujer, y posteriormente con los tres nietos y una nieta que nacieron fruto de este matrimonio.

Actualmente vivo en la Villa de Cangas del Narcea, con una de mis hijas, y participo en todas las actividades que mi edad me permite, disfrutando cada día de mi nueva vida, donde no tengo obligaciones y todo mi tiempo me lo dedico a mí y a mis actividades de tiempo propio.

GRACIAS MARÍA!!, un ejemplo de vitalidad y constancia. Una socia más que da gusto conocer y tenerla en clase, pues transmite al resto su ánimo y ganas de trabajar.

MI HISTORIA POR CARMEN LLANOS






     En el año 1958, a la edad de 17 años fui nombrada Reina de la Fiestas del Carmen y la Magdalena, fiesta que hace honor a la patrona del pueblo. 

     Los fines de semana, día de fiesta y ferias, trabajaba como camarera en la “confitería Milagros”, situada en la calle mayor de Cangas del Narcea. Actualmente esta confitería no existe, recuerdo que las milhojas de aquel lugar eran especiales, así como el resto de pasteles y bollería. Ganaba por aquel entonces 5 duros cada día que trabajaba, y las propinas me las dejaban para mi, a veces eran más las propinas que sacaba que el propio sueldo.
        Empezaron a hablar de que ese año se estaba preparando una elección de reinado de fiestas. Allí se lo propusieron entre compañeros y clientes y me pareció algo raro, pero accedí.

     Organizaron un baile en el patio del ayuntamiento, con la entrada se compraba un bono y con este bono se daba el boto, se elegía entre varías chicas de Cangas, que se habían propuesto previamente como candidatas.

    El baile se llenó, a media noche se procedió a la elección, se recontaron los votos y para mi sorpresa salí elegida I Reina de las fiestas del Carmen y la Magdalena, acompañada de cuatro damas de honor.


    Me regalaron un reloj y un ramo de flores, me “coronaron” en el escenario, me invitaron a todas las actividades que hubo ese año en el pueblo, como por ejemplo, al circo, a un espectáculo, me ponían en primera fila y ejercía de reina de las fiestas en todos los actos.

En realidad no recuerdo haber sentido nada especial más que vergüenza y temor.

   El vestido que llevé al acto me lo hizo Clotilde, la modista que me daba clases de costura, mujer de gran gusto para vestir a las niñas y a las chicas. Este vestido me lo había hecho para las fiestas del Carmen, ya que cada año me hacía uno para esta época. Con este vestido, que era mi mejor vestido, asistí a todos los actos que invitaron, ya que era el que tenía.
Al año siguiente coroné a la siguiente reina.