Recuerdo
como no la pizarra, el pizarrín, incluso una pizarra que era de
plástico, que no se rompía pero que no era tan buena para escribir como
la pizarra de siempre y claro el tintero, la tinta y la pluma.¡¡¡ hay la
tinta !!!, cuantos borrones y cuantas riñas por su causa.
La
estufa de leña, redonda, con aquel tubo que salia al tejado ¡ que calor
daba!. En una ocasión metimos un tronco grande en la estufa y nos
fuimos al recreo, a la hora de entrar en la clase estaba llena de humo.
El tronco estaba hueco. No tuvimos mas clase en toda la mañana, toda la
mañana de recreo.
¡Ah! y recuerdo como nos santiguábamos y rezábamos a la entrada y a la salida .
Me
acuerdo de mi primer maestro, Mochales, y que nos llevó al cine a ver a
Bambi. Fue una aventura, una emoción, algo estupendo que recuerdo cada
vez que veo a Bambi, me sigue gustando tanto como entonces.
Luego
llego una señorita, Argentina. A las niñas nos encantaba verla, con
joyas, sus tacones, rubia, guapa. Nada que ver con el señor maestro,
una persona entrañable y buena, muy buen maestro ......... Pero
Argentina ...¡uf! De mayores todas queríamos parecernos a ella
Y
luego llego Emérita, nada que ver con Argentina, ni tacones, ni joyas,
ni nada. La primera impresión no fue muy buena, luego resulto ser
encantadora, estupenda, alegre...jugaba con nosotras a todos nuestros
juegos, la comba, el corro, las canicas etc..
Nos llevó de
excursión a la playa, con la comida, nos llevó a magostar las castañas
(que no sabíamos hacerlo nadie) ....... pero y la risa y lo bien que
lo pasamos !!!
Con Mochales y Argentina
siempre mantuvimos contacto, en cambio no sabemos nada de Emerita que es
de Lugo, y como nos gustaría volver a verla y darle un abrazo !!
Bueno no quiero cansaros mas, mis recuerdos de la escuela son muy, muy buenos y de los maestros mejores.
Un saludo a todas .....Barbara de Llanes.