miércoles, 3 de diciembre de 2014

Y SIGO EN LA ESCUELA

En el año 1949, vivo en la calle Rafael Mª de Labra en Oviedo y empiezo en la escuela.
   Mi primera escuela fue "Escuela del Postigo". Hoy Centro de Proyecto Hombre del Postigo en Oviedo.

Con un cabas de cartón, el silabario, el mil rayas, la pizarra y el pizarrín llegue a la escuela. La clase estaba en el patio, junto a una fuente en la que bebiamos aguas. Con la puerta de cristal y el techo muy alto, nos recibió Dña Dora, la maestra. 
Los pupitres de madera clara tenía la tapa que se abría hacia arriba con tinteros y en la parte de abajo una barra para apoyar los pies, pues no llegabamos al suelo. A la izquierda en la pared un perchero para colgar los abrigos y al fondo una ventana pequeña donde se veía un campo verde. Doña Dora nos decía que eso era el "horizonte".

   Mi compañera era Lina. Los jueves por la tarde no teniamos clase, pero si los sábados por la mañana. Los jueves por la tarde Doña Dora nos llevaba de excursión a "Fozaneldi", un barrio de los más antiguos de Oviedo. Había un riachuelo, saltábamos y jugábamos en el agua, merendabamos sentadas en el campo (pan con dulce o pan con chocolate), jugábamos a la pelota y nos leía cuentos, pero si llovía nos quedabamos en la escuela y teníamos que limpiar los pupitres, usabamos lija para dejarlos como el oro (decía Doña Dora).

   En primero, la maestra era Doña Hilda, la clase tenía las paredes de azulejos azules con flores. La maestra se sentaba a la entrada y en su mesa siempre tenía flores. Nos enseñaba la tabla de multiplicar y el abecedario cantando.
El patio era muy grande con porterías para jugar al fútbol los niños.
Cuando haciamos gimansia en el patio Doña Hilda nos reñía porque mirábamos a los niños, y nos decía muy enfadada que era malo mirar a los niños (nunca lo entendí).
Un ejemplo podría ser la foto que a continuación presento. No soy yo, ni mis compañeras. Son otras niñas de otra parte de ESpaña.

En mayo mes de María ponian un altar en el pasillo, todas teníamos que llevar flores, cantábamos y recitabamos versos a la Virgen María. 
   Cuando nos vamos a vivir a San Lázaro voy a las escuelas "Tercer Distrito" también llamadas "Las Escuela Blancas de San Lázaro". 



Tenía de maestra a Doña Matilde de Pérez Bances, vestíamos mandilón de raya azul y blanco de vichy, Doña Matilde me enseñó a leer y a tener interés por la lectura. El cabas ya era de madera, plumier con lápiz de madera con un plumin, enciclopedia Alvarez, libreta y catecismo.
Luego, Doña Lola Pérez Bances, hermana de Doña Matilde. De la maestra Doña Lola recuerdo la tardes en las que haciamos un corro con las sillas y nos eneseñaba a coser, hacer punto de cruz, ganchillo, festón, nido de abeja. Haciamos la ropa de las muñecas que rematabamos a ganchillo.

   Y llegó Doña Eulalia Alvarez Lorenzo, era muy firme en la enseñanza, pero una de las personas más humanas que he conocido en mi vida, de ella aprendí que con tesón, ilusión y trabajo todo es fácil.

   Un día nos visitaron dos sacerdotes jóvenes, El Padre Silva y el Padre Angel ( sí el Padre Angel de Mensajeros de la Paz) y nos hablaron de los niños que no tenían casa ni familia. Los dos sacerdotes fundaron la "Cruz de los Angeles", casa hogar para esos niños, en la calle Sacramento junto al seminario. Para recaudar dinero un señor de San Lázaro, Ramón Díaz iba a escalar   la catedral y nosotros salimos con huchas a pedir por Oviedo. El escalatorres, que así lo llamaban, llegó a la cruz de la Catedral y nosotras recaudamos 200 pts.

   Con Doña Eulalia aprendimos a cantar, su hermana la Señorita Charin tocaba el piano e ibamos a su casa los jeuves por la tarde a ensayar, nos preparó y fuimos a cantar a Radio Asturias, entonces en la calle Marqués de Teverga. Las canciones eran todas sobre los niños de la Sta. Infancia. Al salir nos llevaron a merendar al Hospicio (Hoy hall del Hotel Reconquista). Nos recibieron las monjas, nos enseñaron la casa. A mi, me llamó la atención las habitaciones, muy grandes y con varias filas de cama, todas blancas y las de los pequeños con muchas cunas y niños muy pequeños y la capilla.



   El 10 de diciemre era Sta. Eulalia de Mérida y Doña Eulalia nos regalaba una naranja a cada niña. Nos decía que teniamos que aprender a luchar, trabajar y ser valientes como las niñas de La Felguera.
En el recreo nos daban un vaso con leche (era de polvo) y un trozo de queso amarilllo. Nos decían que era de la ayuda americana.
   Posteriormente, fui al Colegio Divina Pastora en la calle San Vicente, le guardo grato recuerdo. Con Sor Madre María del Padro y Madre Ana María aprendiamos corte y confección. Taquigrafía y mecanografía.


Y llegó Tiempo Propio, con 60 años para mi como empezar con ilusión. Movimiento saludable, lectura, memoria, escritura, envejecimiento activo, teatro, etc. Y conozco a Nieves Otero Paraja, ella me animo con el estudio de la "llingüa" y a la Universidad Popular (U.P de Gijón) que me fui.

Hoy, ya en la asociación mujeres con tiempo propio, espero con impaciencia, ilusión y alegria que empiece el curso.



Cuando Begoña y María me avisan para prerarar lo que van a ser las actividades para cada curso: talleres, excursiones y demás eventos. Ya estoy en marcha, con la ilusión y nervisiosmo. 


Cambiar impresiones, comentar como nos va la vida y sobre todo disfrutar de mi "Tiempo Propio".

Mª Jesús Rodríguez Reyes 
(Vocal de Lugones)

5 comentarios:

  1. ¡Qué bonito! Gracias por compartir tan bellos recuerdos

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  2. Muy bonito relato de tu vida sabes que en tu historia se veran representadas muchas mujeres de nuestra época. Enhora buena estas donde te mereces y porque te lo has ganado bss

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  3. Me encantó tu historia María Jesús, escribes muy bonito y con mucha calidez. Un abrazo!

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