Conducía el coche ensimismada en mis pensamientos.
Era de noche. Caían los copos de nieve; ante mis ojos aparece una curva llena de hielo, el coche derrapa, yo pierdo el control, me salgo de la carretera y doy varias vueltas por un terraplén.
Silencio y oscuridad. Cuando me despierto con el golpe, no recuerdo nada, tengo un fuerte dolor de cabeza y un enorme chichón en el lado derecho.
Salgo del coche, empiezo a andar sin rumbo, a lo lejos veo un fuego, me dirijo hacia él, al llegar veo un circulo en el que están varias personas calentándose. Me reciben con alegría; no tienen nada y me dan de todo. Son gente sin techo y desamparados.
Se apaga el fuego. En ese momento me despierto; había sido un sueño.¡ Que alivio!
Este sueño tiene mucho de realidad, cada vez hay más gente sin techo.
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