La amistad es una relación entre dos personas. Esa relación debe de ser íntima, aunque no necesariamente frecuente.
La primera amistad sólida que tuve sería hacia los diez o doce años y duró mucho tiempo. Siempre podía contar con ella, mi amiga del alma, para jugar, pasearnos y sobre todo hablar, hablar de chicos, contarnos las cosas y reírnos mucho. Yo la quería por la paciencia que tenía conmigo, le encantaba darme gusto, me escuchaba con atención y sabía guardar un secreto. Por supuesto que había reciprocidad por mi parte. Para mi fue única e irrepetible.
Pasó el tiempo y nos hicimos mayores. Ya en Madrid, donde ambas residíamos, nos veíamos menos por las circunstancias. Cuando me casé y vine a vivir a Asturias apenas nos veíamos. La amistad se fue diluyendo, no de una manera brusca, sino suave y paulatinamente, aunque nunca dejó de existir por completo. En la mente y en el corazón siempre hubo un rincón para ella y los tiempos tan felices que vivimos juntas.
No quiero dejar de mencionar a las amigas actuales, inmejorables en todos los sentidos y que pueden contar conmigo siempre que me necesiten.
También quiero dejar constancia de que a través de la "asociación" he encontrado personas admirables (todas lo son), desde nuestra Presidenta María hasta la última. Esta soy yo, que, aunque poquito, algo tendré que aportar y ponerlo a vuestra disposición.
Mª Luisa Martínez (Socia de Pola de Siero)
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