Lo que voy a relatar marco parte
de mi infancia, etapa que fue la más feliz de mi vida. Años que recuerdo como
era la mamá de mis hermanos, parecía una gallinita con sus polluelos, a dónde
yo iba ellos eran mi compañía.
La T.V.E y yo casi llegamos a este mundo a la vez,
pero tendría que pasar muchos años para que llegaran las televisiones a los
pueblos. No recuerdo, de los cuatro bares-tienda que había en el pueblo Cibuyo
(cangas del Narcea), quién compró la primera. Lo que si recuerdo que no pasó
mucho tiempo que en todos había televisión.
Pero el centro de reunión de toda
la juventud en los años 60, éramos muchos, era un pequeño bar. El bar estaba
dividido, una parte estaba las mesas siempre llenas con las partidas de cartas,
y en la otra parte instalaron la televisión y alguna silla que poco a poco
aumentaba el aforo. Sólo había unas horas de emisión, y como no había
información sobre los programas, las encendían cada poco y se veían más
burbujas que imágenes. “ Casa Quinto”.
Cuando llegaban los domingos, se
hacían dos cosas ir a misa por la mañana y ver la película por la tarde.
Cuando llegaban las cuatro de la
tarde todos los jóvenes y no tan jóvenes nos reuníamos a ver las
series americanas, por ejemplo “El Virginiano”, que a todos nos gustaba era
como un cine.
Allí no se oía ni una mosca, sólo que por aquel cristal salía,
gente que reían, lloraban, cantaban,… desde la caja tonta como años más tarde
la llamarían.
Según pasaban los años a cada
casa iba llegando la tele. ¡¡ A lo que más me llamaba la atención!! Era que
todas estaban vestidas con su faldón y en una repisa muy alta. Para apretar el
botón de encendido había que subirse a una silla.
Cuidadas estaban, pero que funcionara
eso era otra cosa. Un día fallaba la luz, otro había tormenta, el repetidor
dejaba de funcionar, pero no era un día
a veces hasta un mes. Estaba más de adorno que funcionando. Al fin
adornaba bien tapadita en su repisa todas las cocinas de la época y esperando
cuando aquel dichoso faldón se recogía.
Pasados los años, pasó del blanco
y negro al color, al mando a distancia,… al TDT, ahora es delgada, plana.
Nosotros crecimos, cumplimos años, cambiamos… ella no envejece, cada día más
delgada, más moderna…pero muy poco divertida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario