miércoles, 22 de octubre de 2014

Mi vida



   Nací en una aldea de Cangas, donde mi mundo consistía en cuidar el ganado, jugar con mis vecinos, ayudar en casa e ir a la escuela….a pesar de haber nacido en un lugar donde las circunstancias no ayudaban a que una mujer pudiese progresar por sí misma, algún gen extraño mutó en mi porque siempre fui “feminista” y con la clara idea de que mi vida la quería manejar yo misma, a mi manera y ser independiente y no depender un matrimonio para salir adelante.
   
   Un día, en el año 1957, llegó a mis manos una revista donde aparecía un reportaje del casamiento de Fabiola y Balduino de Bélgica, la revista ya se llama “HOLA”. Me quedé impactada, descubrí otro mundo, un casamiento con demasiado lujo, con una invitadas excepcionales, y allí vi que había otra cosa que era bastante diferente a mi aldea y a las cosas que allí hacíamos……guardé la revista que había puesto en mis manos mi maestra Sira….mi mentora gracias a las cosas que me explicaba. 

   A partir de aquel mi forma de pensar cambió, y un buen día mis padres me dijeron que si quería podía visitar a mis tíos durante un mes en octubre en Madrid, cuanto tenía 15 años….por supuesto me pareció estupendo y me fui, y lo que en principio era para un mes pasó a ser un periodo de 10 años, donde el mundo de mi revista se convirtió en realidad, porque me colocaron, sin permiso de mis padres, a trabajar en pleno barrio de Salamanca.

   Mi vida no fue fácil, recuerdo que los primeros meses me dediqué sólo a escuchar, yo no hablaba como ellas, y se reían de mí, no sabía hacer las cosas como ellas al principio, pero dedicándome a aprender a conciencia, llegué a ser la persona de confianza de mis jefes en aquel negocio que no tenia nombre definido porque vendía de todo: tabaco, perfumería, mercería, bisutería, etc. Con jornadas laborales de hasta 18 horas al día, descansando el domingo por la tarde, únicamente.

   Entre mis aventuras en la capital destaco alguna:
-          Con mis jefes fui a misa un domingo, al salir fuimos a tomar un aperitivo, entre las cosa que piden para acompañar al vermut, viene lo que ahora sé que son gambas a la plancha, este marisco en mi aldea no existía, por tanto, mi reacción fue la de cómo siempre, ser prudente, observadora y ver que hacía con aquella cosa con ojos, patas y pelos… una vez pasado el trance….que ricas!!!!!!! una de mis comidas favoritas!!!!!!

-          Me enviaban a llevar los pedidos y a cobrar facturas, a las casas de alta alcurnia del barrio de Salamanca, donde las casas y la forma de vivir de aquella gente era impactante para mí, que venía de un mundo tranquilo, austero y sencillo. Entre las personas a las que visité destaco alguna: Ministro de hacienda, El Mingote, La dueña del Banco Pastor, La familia Echegarai, y otras muchas personas pudientes. Había casas donde tenían hasta 6 personas a su servicio, cocineras, doncellas, choferes, “mamaseles” (niñeras extranjeras que enseñaban el idioma a las criaturas que cuidaban), jefas de servicio, asistentas, etc. En una ocasión en una de mis visitas para llevar mercancía a un domicilio una chica del servicio que era de Cantabria me preguntó si había visto alguna vez un urugallo, yo dije que no y dudar, abrió la puerta  de la despensa y allí estaba vivo el animalito, para mí fue la primera y última vez que vi uno de estos animales.

-          Me sorprendió ver a las muchachas que acompañaban de sirvientas a sus señoras con su uniforme y cofia, la cestitas de mimbre o bolsas de la compra…..pegada a su señora, que agarraba lo que compraba y se lo metía a la chica en la cesta, sin mirarla ni hablar con ella.
-          Conocí a gente del mundo de la farándola, que luego fueron personajes importantes en la música o el teatro.

-          Visité los mejores sitios de Madrid en aquel momento, porque mis jefes me llevaron con ellos en muchísimas ocasiones, teatros, salas de fiestas, centro asturiano, etc. 

Así, descubrí y viví otro mundo diferente al que hubiese vivido, con seguridad, de no haber realizado este viaje y de no haber conocido a mi maestra y mentora que me dejaba sus modernas revistas para que pudiese descubrir otros mundos que existían y que para mi eran sorprendentes….a partir de estos 10 años viviendo  en Madrid, a los 23 años conocí al que hoy es mi marido y padre de mis tres hijos. Dos años después me casé y me fui con él me fui a trabajar al extranjero donde todavía la modernidad y el nivel de vida estaba muy por delante de España, en aquel momento ( como anécdota vi que la comida se podía congelar, había unos armarios que estaban tan fríos que la comida se enfriaba tanto que se congelaba y se podía después de mucho tiempo comer)….mi vida fue de sorpresa en sorpresa, y esta carrera de la vida, me hizo aprender tantas y tantas cosas, que al final no necesité un título universitario para manejarme correctamente en la vida y tener claras mis ideas de progreso y modernidad, ideas con las que intenté educar a mis hijos.

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