Mi nombre es María, nací en el año 1926, tengo por tanto 87
años.
Soy viuda desde hace 53 años, nunca volví a casarme ni
emparejarme, crié 2 hijas y 4 hijos sin que apenas conocieran a su padre.
La historia de mi vida comienza en el año 1951 cuando
contraje matrimonio con Luis, mi novio de toda la vida.
Luis y yo éramos vecinos de la misma aldea y fuimos novios durante
5 años. A la edad de 25 años me case con el único y gran amor de mi vida.
A diferencia de otras mujeres de mi época, cuyas familias
preparan sus bodas, yo estaba enamoradísima de él cuando nos casamos y viví
durante 9 años una preciosa historia de amor en la Distancia, ya que a los 8
meses de casarnos Luis se fue a Madrid a trabajar de Sereno, por recomendación
de un tio suyo que tenía en la capital y no pude acompañarlo por motivos
económicos. A partir de aquel año, él volvía a casa una vez al año durante sus
vacaciones, normalmente un mes en verano. Nuestra relación era siempre por
carta y sólo una vez lo visité yo en Madrid.
Podríamos decir que siempre vivimos sin esa figura paterna,
que suplían para mis hijos/as otros familiares varones de la casa de mis
suegros, donde llegamos a vivir 13 personas a la vez: Mi marido (cuando estuvo)
y yo, mi hijo mayor (que nació antes de marcharse a Madrid Luis), mis suegros,
el abuelo de mi marido, un tío de mi marido (que vivió 101 años) y cinco
cuñados/as, que eran menores que mi marido y todavía no se habían marchado de
su domicilio familiar.
Yo tuve 2 hijas y 4 hijos, a pesar de que mi marido me
visitaba sólo en verano, por ello todas mis criaturas nacieron en los meses de
invierno-primavera. Como anécdota contar que un verano mi marido no pudo venir
de vacaciones, por tanto, no nos vimos hasta el verano siguiente, es decir, dos
años de ausencia, y a los 9 meses de esa visita bianual nacieron mellizos, niño
y niña.
Mi marido se murió en el año 1960, a la edad de 35 años, yo
tenía 34 años, mi hijo mayor 9 años y la más pequeña todavía no había nacido, ya
que yo estaba embarazada de seis meses cuando falleció.
Mi familia política me cuidó y me respeto siempre, y me trataron
como a una hija en todo momento, cuando enviudé continué viviendo con ellos
hasta su muerte.
Poco a poco mis cuñados/as se fueron marchando a medida que
iban contrayendo matrimonio y me quedé con mis 6 hijos/as, mis suegros y el tio
de mi marido durante muchos años más.
Luego, mis hijos/as se fueron casando y mis suegros
fallecieron al igual que el tio, quedándome a vivir en casa con mi hijo mayor y
su mujer, y posteriormente con los tres nietos y una nieta que nacieron fruto
de este matrimonio.
Actualmente vivo en la Villa de Cangas del Narcea, con una de
mis hijas, y participo en todas las actividades que mi edad me permite, disfrutando
cada día de mi nueva vida, donde no tengo obligaciones y todo mi tiempo me lo
dedico a mí y a mis actividades de tiempo propio.
GRACIAS MARÍA!!, un ejemplo de vitalidad y constancia. Una socia más que da gusto conocer y tenerla en clase, pues transmite al resto su ánimo y ganas de trabajar.
Hermosa historia me emocioné al leerla,es un honor tenerte como socia. Saludos desde Strondio.
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