Aunque por nacimiento y por lazos familiares maternos soy de
Llanes, por motivos laborables de mi padre
pasé los 8 primeros años de mi vida en Colombres, Rivadedeva, y por
tanto fue allí donde empecé a la Escuela y
de ahí surgen mis primeros recuerdos.
En esa época los niños/as empezaban a estudiar a los 6 años
pero mi madre me contó que dada las ganas que yo tenía de ir a clase y por
gentileza de la maestra, comencé a los 5. Era una Escuela mixta pero los
niños/as estaban separados y sólo se juntaban en el patio a la hora del recreo. Constaba de
dos edificios grandes separados por una escalinata que a mí me parecía
impresionante y por la salíamos y entrabamos. La clase se las niñas estaba a la
derecha. El patio era muy amplio, con algunos árboles.
A pesar de ser tan pequeña, recuerdo perfectamente a mi
Maestra, la Señorita Juanita, de tez morena, nariz aguileña y sonrisa
permanente, con su bata azul, en lo alto de la escalinata, vigilando el recreo.
Nunca la olvidé y aunque no la volví a ver, la recuerdo con mucho cariño.
Colombres es un pueblo o una villa pequeña y solo había una
Escuela Pública igual a todos las demás, pupitres de madera, un encerado, un
mapa, supongo que sin calefacción etc, etc.
El sistema para aprender a leer era diferente al actual:
primero las vocales, luego las consonantes y después cada consonante con su
vocal, ma, me, mi…con un dibujo alusivo. Mi madre me contaba lo contenta que
llegué un día a casa gritando que ya iba por el tomate y ella no me entendía
que lo que yo quería decir era que ya había llegado a la t.
Cuando tenía 8 años mi familia se trasladó a Llanes donde
asistí a la Escuela hasta los 10. El cambio me resultó fácil y aunque extrañaba
a mis compañeras de Colombres , al tener aquí lazos familiares y venir
frecuentemente, el cambio no fue duro.
Aquí las cosas eran diferentes, varios Maestros, más alumnos, el patio y el edificio de mayores
dimensiones…los juegos iguales, los niños dando patadas al balón, las chicas a
la comba, la tusa, al balón-tiro, al corro…
De Llanes recuerdo con especial cariño a la Señorita María,
una venerable anciana que seguramente no era tan anciana como me parecía.
A los 10 años hice el temido examen de Ingreso y empecé en el
Instituto…pero eso es otra historia.
Tiempo Propio.
Mis inicios en Tiempo Propio forman parte de mis actividades
de invierno. Hay que reconocer que en nuestra tierra los inviernos son muy
largos y hay que buscar con que llenarlos. Me informé de que se trataba y
animé una amiga para apuntarnos. Hicimos
cosas muy interesantes, conocimos a Monitoras muy agradables, viajamos, hicimos
amigas, aprendimos a valorarnos, a decir NO, y a dar a las cosas su justa
importancia.
Cuando Ninon nos llama para iniciar el Curso, todas estas
sensaciones se ponen en marcha.
MARÍA JOSÉ MATEOS, LLANES.
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