miércoles, 29 de octubre de 2014

CATALINA



   Comencé en la escuela con 6 años, me llevó mi madre, mi “cabás” era de madera, tenía la pizarra y su pizarrín, lápiz y un cuadernillo de abecedario.



   La entrada a la escuela un portón muy grande de madera y en
el centro una puerta, cruzábamos una huerta y te encontrabas con otro portón y un patio amplio empedrado un  hórreo y al otro lado la casa, una sala grande con su encerado su chimenea y el suelo de madera crujiente.

    Éramos niños y niñas del barrio seriamos 12 ó 14 sólo teníamos clase por la tarde.

   Esto era una casa particular  de tres hermanos, Ramón maestro en la escuela pública de Veriña, Josefina también tenía  titulo, ejercía en su casa y  Catalina sin  título nos daba clase a los más pequeños, una mujer  alta  y fuerte.

   Al año siguiente pasaría a la escuela  particular de Doña  María, allí  era por la mañana y tarde, llevábamos  un mandilón azul marino con los cuellos blancos, y claro más libros  y hasta plumín ya no portaba mi cabás, tenía un maletín  negro de piel que era de mi hermana mayor y me sentía muy importante.

   La clase era grande con muchas mesas largas y bancos, nos agrupaba por edad y conocimiento, así serian los más pequeños, luego  el A, B, C, D, yo empezaba en él A.


Por las tardes hacíamos labores y lectura, leíamos y nos íbamos turnando, mientras las demás seguían las labores, tengo que decir que éramos solo niñas.

Esta es mi primera labor, un mandil de costura que hice para mi madre y el libro que leíamos



   
   La maestra venia de Gijón a nuestro barrio de La Calzada, traía su comida y  mientras nosotras salíamos, comía y daba clases particulares a chicos, siempre tenía seis ó siete, era una mujer muy entregada yo la seguí tratando mucho tiempo, cuando empecé a trabajar con 16 años en una peluquería ella era clienta, y cuando mis hijos estaban en edad escolar Doña María seguía ejerciendo y con ella fueron, tengo muy  buenos recuerdos, me podría extender mas, pero lo dejo para otra ocasión.


   Retorné a la Carpeta y los lápices, con el programa Tiempo Propio, el conocer gente nueva, como expresarte, es más duro que cuando eras niña, pero aquí estamos, mucho hicimos  y seguimos haciendo, desde luego unidas y metidas de lleno en el programa, hoy comprometidas en contar nuestras  vivencias en el blog de nuestra asociación.


   Tenemos nuestras clases variadas y nuestras vacaciones, fin de curso “fiesta” Navidades “fiesta” y ya la graduación el día de la Mujer eso lo celebramos todos los años en un municipio distinto y recibidas con todos los honores, por dichos  Ayuntamientos y tenemos siempre aprobado con sobresaliente, en nuestro propio tiempo.

¡¡MUCHAS GRACIAS Geli!!
Una historia muy bonita.

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